Y se me ocurrió la puntada de comprar otra portátil HP Elitebook 2530P, ya que la otra me quedó retebien y quería otro equipo de respaldo. La compré usada y resultó ser otro modelo de la misma línea: ésta trae webcam, es clase energy star, y se calienta menos que la otra que compré.
El primer inconveniente, es que venía con dos sistemas operativos instalados (Windows 7 y Windows 10), con activadores, y toqueteado el BIOS. Lo primero era quitarle eso para ponerle un solo sistema operativo original. Otra cosa que le noté, fue que al encenderla conectada al eliminador, tardaba en arrancar y se encendían los indicadores LED de bloqueo de mayúsculas y bloqueo numérico en un patrón de 5 encendidos - apagados por 3 veces y la pantalla se veía oscura (pero se alcanzaba a leer el acceso a BIOS). Luego de eso, la pantalla encendía normal y tardaba mucho en cargar el sistema operativo.
Lo primero que intenté hacer, fue ponerle más memoria. Simplemente no arrancaba a pesar de ser de la misma clase (6400 DDR2). Pensé que era incompatibilidad de la memoria.
Luego, actualicé el BIOS, tenía la versión 12 y le puse la 22. Pensé que lo de la memoria era por el BIOS, pero volvió a fallar. Incluso, moverse en las opciones del BIOS era lentísimo, y frustrante.
Le quité la memoria, y procedí a quitar el sistema operativo. Por lo mismo que tenía doble sistema, no se dejaba desinstalar. Tuve que formatear el disco C usando las opciones de MSdos del programa avanzado de instalación de Windows 10.
Ya que le quité el sistema operativo, le instalé el nuevo, pero el problema del encendido (los indicadores LED y lo de la pantalla) seguía ahí. La experiencia de uso de Windows 10 fue muy frustrante. Comparé ambas máquinas 2530P y revisé las configuraciones. Estaban iguales pero la máquina en cuestión simplemente no funcionaba bien.
Procedí a quitar el teclado para revisar el módulo de memoria primario, limpié los pines, y también le limpié los pines del disco duro. Volví a armar, pero el problema de la indicación de los LED seguía presente. De hecho, por la extrema lentitud, se estropeó el Windows 10 recién instalado.
Apliqué los procedimientos de revisión de memoria, pruebas de disco duro. Y nada. Todos los resultados indicaban OK, pero el problema persistía.
En la madre -me dije-. Buscando en el sitio de HP se indica que el código de 5 parpadeos, significa falla general de la placa del sistema... Qué bonito pisapapeles compré...
Ya estaba hasta la madre y me sentí estafado por el vendedor, quien me había asegurado que el equipo estaba funcionando al 100%. Ya había pensado en mandarla al desguazadero y venderla por kilos.
Al punto extremo del fastidio, se me ocurrió volver a ponerle de nuevo el módulo de memoria que no cachaba, con la esperanza de que por lo menos arrancara. Siguió igual con sus códigos de luces, tardada en arrancar y de plano, inutilizable.
Le quité el módulo de memoria, y la encendí. Arrancó rapidísimo esta vez SIN presencia de los códigos de luces. ¡Ah, chingá!, me dije. No entró al sistema operativo porque estaba arruinado. La apagué y la reencendí y entré al BIOS, y moverse entre sus opciones de configuraciones era muy rápido.
Entonces, me fijé que no había conectado la máquina al eliminador de corriente. Cuando se cambia un módulo de memoria, el procedimiento es desconectar de la energía la portátil, quitar la batería, oprimir el botón de encendido por 10 segundos, y hacer el cambio de módulo (o instalarlo), Luego procede poner la batería y enchufar a la corriente.
Pero en este último caso, no la había enchufado a la corriente. Entonces, por deducción, pensé entonces que el problema no era la máquina, sino el eliminador. Para salir de dudas, apagué la máquina, volví a ponerle el módulo de memoria, y utilicé el eliminador de la otra máquina.
¿El resultado? Encendió rapidísimo. Cero códigos de error, cero parpadeos de los LED, acceso al BIOS instantáneo, reconoció los 4Gb de memoria... Genial.
Luego a reinstalar el sistema operativo. En la primera instalación tardé casi dos horas. En esta ocasión fueron 20 minutos. Aclaro que en ambos casos fue instalación limpia, desde cero. Y a meterle estrés a la máquina con su sistema recién instalado, aplicando actualizaciones y los controladores.
Cero problemas.
¿Que aprendí? Lo primero, que las portátiles dependen de que la energía de los eliminadores llegue bien, en sus estándares. Supongo que el eliminador con el que venía la portátil ya estaba en las últimas, y no entregaba la energía al 100%
Lo segundo, que a pesar de que trae la batería, si el eliminador falla o no entrega la energía completa, la máquina también fallará.
Esta segunda enseñanza la aplicaré con la Toshiba Tecra que tengo, también usada. Hoy casi al final de una sesión de trabajo (la máquina estuvo encendida casi 4 horas seguidas), súbitamente se apagó previo un pantallazo azul de la muerte. ¿La razón? Falla súbita de energía -code 41-. La ventaja de Windows 10, es que el reinicio es inmediato. Quizá el eliminador de la Toshiba igual está en las últimas, y esos bajones de corriente propician el code 41.
Lo tercero, que ante esas situaciones de falla en el encendido, hay que probar primero con otro eliminador para verificar si a la máquina le llega la corriente adecuada.
Si esta máquina ya me queda bien, la conservaré por mucho tiempo.
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