Bien. La cosa es que Microsoft decidió que el sistema Windows 10 fuera a manera de servicio, por lo que lanza dos actualizaciones al año. En este 2017, lanzó la creators update en abril, y la reciente fall creator en septiembre.
En la web hay cientos de notas en las que se menciona que el sistema es incompatible en aquellos equipos que cuentan con procesadores de la marca Intel, por lo que en algunos casos no procedería la actualización, quedándose con la versión operativa, la que dejaría de tener soporte en un lapso de dos años siguientes.
En el sitio de Intel, se citan los procesadores compatibles con Windows 10. Para averiguar la clase de procesador y si es o no compatible, se cuenta con un tutorial en el mismo sitio. Por simpleza, podemos decir que aquellos vendidos antes de 2015, son incompatibles (según la marca).
Esta situación, incluso ha dejado sin la actualización a quienes poseen equipos con Pentium D (equipo de sobremesa), Pentium Core 2 Duo y Centrino (equipos portátiles), y Atom (equipos clase netbook o híbridos).
Horror. Entonces, los equipos usados que yo había recuperado, dejarían de ser compatibles y necesariamente debería planear el cambio de máquinas.
Sin entrar en pánico, lo primero es aplicar la herramienta de actualización de Windows 10, el asistente de la marca que revisa el equipo y determina si es o no es compatible. En los foros de ayuda de Microsoft, se mencionan casos en los que al principio, el asistente señalaba que el equipo no era compatible. Y días después, confirmó que sí era compatible, haciendo la instalación de la actualización respectiva.
Yo supongo que al emplearse el medio de distribución de actualizaciones, de alguna manera se detectan los equipos con problemas de compatibilidad, se hacen los ajustes, y luego se entrega el paquete de instalación corregido.
Yo admiro el increíble trabajo de la gente de Microsoft: Hacer un sistema operativo que funcione en miles de equipos y cada uno con miles de configuraciones, tanto de marca como ensambladas. Fue y es una labor titánica para hacer que la computación fuera asequible. No por nada es el sistema operativo para computadoras más utilizado.
Así las cosas, tenemos pues que no todo está perdido. Mis equipos antiguos pero funcionales y operativos, pudieron actualizarse sin problemas a la versión 1709 del sistema Windows 10, la fall creators update. Veamos:
eMachines 355-1609, procesador Intel Atom N570, 1.66GHz, 2Gb de RAM, 32 bits
Gateway GT3020M, procesador Pentium D, 2.80GHz, 4Gb de RAM, 32 bits
HP Elitebook 2530p, procesador Core2 Duo, 1.86GHz, 4Gb de RAM, 64 bits.
Toshiba Tecra A10, procesador Core 2 Duo (centrino), 2.53GHz, 4Gb de RAM, 64 bit
Actualizar el sistema operativo no es cuestión de moda, o de ''estar a la última''. Cada actualización conlleva mejoras a la seguridad, a la estabilidad del equipo y a su rendimiento. En la máquina de mi trabajo, por ejemplo, el sistema venía desde Windows 7 y tenía capas y capas de actualizaciones hasta la última de Windows 10; el equipo se puso inestable, fue necesario reinstalar el sistema de Windows 10 en limpio, y el equipo quedó muy bien y rápido, como nuevo.
Yo confío en que mis equipos tendrán una vida útil de al menos unos 5 años más. Y no es por codo o porque no quiera comprar equipos nuevos; Simplemente los equipos nuevos me parecen tan frágiles y tan delicados, que no creo que aguanten la rutina de trabajo.
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