En la milicia se dice que la fortaleza de un soldado está en sus compañeros; pienso que la fortaleza de un país está en su población, y ésta se guía con base en una visión del futuro sustentada en la identidad. Esto es, ¿cómo aspirar a un mejor futuro, si no se tiene la certeza de quien se es?
México es un crisol de cultura, creencias, ideologías. El mexicano en sí, es honrado, trabajador y entregado; por desgracia, la apatía ha ido minando precisamente esas cualidades. Apatía propiciada por el desinterés personal, el agobio de las crisis, el "ya merito" (nunca alcanzar la meta). La niñez y la juventud siguen el ejemplo de los mayores, por lo que la apatía crece de manera exponencial.
¿Cómo rescatar los valores y la identidad cultural? México está muy lejos de ser una Nación, pues ésta se compone de pobladores comprometidos y adheridos a una creencia común. Si no, véase que el mexicano es mexicano cuando gana la selección nacional, cuando algunos festejos patrios, o cuando es el 12 de diciembre. De ahí en más, ese algo que alimenta la identidad, queda cercenado. Los valores deben entenderse como aquellas actitudes que nos hacen ser mejores personas y buenos ciudadanos (honradez, lealtad, cumplimiento, empatía, solidaridad...)
En alguna ocasión, Fidel Castro, otrora presidente de Cuba, comentó que el mexicano conoce más a los personajes televisivos que a sus próceres. ¡Cuánta razón! Basta con preguntarle a los niños o a los jóvenes, cuales personajes son los que más reconocen o los que más admiran: el héroe de caricatura, el antiéroe del crimen, el deportista...
En la vida moderna del país, han habido situaciones que corrompen por completo la formación que de niños recibimos quienes ahora estamos en la adultez. Se nos enseñó, que el trabajo duro y constante, y el cumplimiento de las reglas, crearían una mejor condición de vida y que, quienes no actuaban bien, les iba mal. Sin embargo, hemos visto que el corrupto (aquel que infringe las reglas) es perdonado y muchas veces recompensado. ¿Qué está sucediendo?
Un niño inadecuadamente orientado, es presa fácil de situaciones indeseables. Los esfuerzos del sector cultura en el ámbito nacional están siendo descuidados, pues solamente (y esto está en el conocimiento general) se relaciona la cultura con óperas, pinturas, ballets, bellas artes; cuando en la realidad, la cultura es parte fundamental de nuestra formación y de la comunión como sociedad que debe prevalecer ante todo. Todo producto de la creación humana, es cultura, y es un legado hacia el futuro.
Obvio, hay creaciones humanas que no deben prevalecer; y para inhibirlas, hay que acercar los medios de valores e identidad cultural hacia los niños.
En la Familia.
No importa que se trate de una familia tradicional, o unipersonal, o dónde haya padres divorciados. Siempre debe haber por lo menos una hora diaria donde se platiquen los sucesos del día, se fomente la confianza, se apliquen las reglas, se den estímulos y, en la medida de lo posible, cumplir por lo menos un sueño compartido. Los niños deben colaborar con el quehacer de la casa, ayudar en las tareas, comprender que toda ación conlleva una consecuencia, y recibir por lo menos uno de los regalos con los que sueñan (la magia de los Reyes Magos). Explicar y comentar las noticias, tratar temas de manera responsable e informada. Evitar los malos hábitos (fumar o beber, por ejemplo) delante de los niños; las cosas de papá y mamá se arreglan por separado y de no ser posible, tratarlos con mesura.
En la Escuela.
Deben fomentarse los juegos donde el compañerismo prevalezca. El trabajo en equipo debe potenciarse, y es en dónde se aprende que el liderazgo de un grupo es rotativo: quien es líder hoy, mañana es colaborador: todos deben aprender a hacer de todo (minar el protagonismo). Si se pierde, no hay que reprochar, sino aprender qué falló en la estrategia. Esto aplica tanto en los deportes, en los trabajos escolares, en los bailables, etc. Los profesores deben aplicarse más, dejar de lado la apatía: son los primeros que ejemplifican el liderazgo, y deben atender con prontitud los problemas (bullying), aplicar con responsabilidad los reglamentos, y recompensar los logros.
En los Barrios y Comunidades.
Debe establecerse una política cultural de amplio alcance, en donde la cultura sea llevada a los barrios y a las comunidades. Es importante aprovechar los recursos existentes, y fomentar el espíritu de colaboración y de apoyo. Deben colaborar de manera firme y contundente, los comités de vecinos y las autoridades comunales, así como la municipalidad otorgando autorizaciones y permisos. Las instancias de cultura convocan a artistas locales o a becarios para que participen y colaboren (esto les crea currícula profesional). Algunos planes viables son:
Cuéntame un cuento: Por las tardes se invita a los niños a escuchar a un cuentacuentos, o a algún lector. Los vecinos colaboran con poner bebidas y golosinas. Puede ser inclusive una pequeña obra de teatro.
Los cuentos de mi abuelo: En los barrios y en las comunidades, hay adultos mayores que pueden contar sus historias; los mismos vecinos pueden invitarlos a hacer sus narraciones, y asimismo hacer un pequeño recreo para los niños.
Formemos una orquesta: Se trata de conciertos didácticos, en los que músicos locales, enseñan a los niños apreciación musical, cuáles son los instrumentos, cómo funciona un grupo musical; incluso a reconocer los instrumentos que tocan en una pieza popular, clásica o moderna.
Pintando arcoiris: De igual forma, artistas locales enseñarían a los niños los conceptos básicos de la pintura, cómo hacer dibujos y cómo combinar colores. Asimismo, podrían explicar apreciación e iconografía.
Tradiciones y leyendas: Cada barrio y cada comunidad, tienen fechas especiales por algún suceso del pasado. Al igual que los cuentos del abuelo, algunos vecinos podrían narrar historias y leyendas.
Mi amigo el Policía: La Policía puede hacer charlas con los niños, explicando el por qué existe, cuál es su finalidad, y que no son los malos del cuento. Incluso pueden hacer demostraciones caninas. Esto tendría un mayor alcance con la colaboración de los socorristas, de los bomberos, de protección civil, etc.
Jugando con la ciencia: Las instancias de ciencia y tecnología, pueden hacer demostraciones sobre experimentos, explicar el cómo funcionan las cosas, y sobre seguridad. Puede haber, incluso, una mesa donde los niños hagan sus propios experimentos.
Veamos cine: Se organizan tardes de cine, proyectando películas y haciendo un pequeño debate sobre el tema de la película. Obviamente, deben ser películas aptas y con proyección autorizada.
Evidentemente, la planeación debe ser de modo tal, que no caiga en la rutina, sino que sea dinámica y que tenga suficiente convocatoria.
¿Qué se necesita para eso funcione? Solamente, las ganas de hacerlo. Me parece que, haciendo efectivo el esquema, pueden recuperarse los valores y la identidad cultural, y sus resultados se verían en el corto plazo.
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