miércoles, 1 de agosto de 2007

Una moda nefasta

¡Qué pena me da! Esta modita babosa de los agrocombustibles (es un error y una indecencia decirles “biocombustibles”) . En el kilómetro 19 de la carretera Culiacán-Navolato se está construyendo una planta de etanol (que es una agroindustria, no una bioindustria). Ni modo. Una prueba más de que alimentar vehículos supuestamente es más rentable (ergo, más importante) que alimentar humanos. Por desgracia eso es cierto…pero sólo por muy poco margen, y sólo si existen gordísimos subsidios gubernamentales asignados a esa actividad, como en EU.

 

EFICIENCIA
La cuestión central en toda apuesta (y todo proyecto es una apuesta) es la relación llamada costo/beneficio: cuánto se puede ganar, con qué probabilidad, con cuánta inversión. En esta locura de moda del etanol, la gran pregunta, sobre todo aquí en México, es por qué arriesgar tanto por tan poco. ¿Vale la pena arriesgar la paz social por entrarle al juego de la especulación mundial con el maíz, que para nuestro pueblo, además de alimento, ha sido ancestralmente lazo con la tierra, tradición, moneda, religión e idioma? ¿Estamos dispuestos a sacrificar la alimentación de humanos por mantener la alimentación de vans de ocho cilindros? Dejemos de lado el aspecto moral del asunto, que los tecnos considerarán irrelevante. Hablémosles en sus términos: eficiencia pura. La relación costo/beneficio de este proyecto es ruinosa. Veamos a EU, que es la sede tanto de la producción de maíz, como de su consumo para estos fines (y por tanto donde surge la presión alcista de precios). Actualmente hay ahí 116 plantas de etanol en operación, 79 están en construcción para entrar en operación en el curso de 2 años (suman 195), y 200 más están en etapa de planeación. Sólo las plantas activas hoy, se calcula, demandarán la mitad de la producción de maíz de ese país; o sea que a menos que la oferta crezca exponencialmente (lo que es imposible a corto plazo), los precios seguirán subiendo brutalmente y las tortillas volverán a dispararse en su precio.

 

EROEI
La producción anual estimada de EU de esas 195 plantas será de 11 millardos de galones de etanol (262 millones de barriles, a 42 galones por barril). La densidad energética del etanol es 26.8 megajoules por kilo, contra 45 de la gasolina (apenas el 59.5%). Esto es, 262 millones de barriles de etanol aportan la misma energía que 156 millones de barriles de gasolina. Pero ignoremos esta desventaja. Sigamos con la cifra 262. Entre 365 días, da 718 mil barriles diarios. ¿Te suena mucho? Es menos del 6% de la importación diaria de crudo de EU, y el 3.5% de su consumo total actual (el solo cambio a vehículos y motores más compactos arrojaría el ahorro de ese 3.5%). 718 mil entre las 195 plantas, da una producción diaria por planta de 3,680 barriles. Un campo petrolero que produzca esa cantidad de barriles se considera pequeño. En EU hay una vasta red de 400 mil pozos marginales (stripper wells) en servicio, que producen unos 900 mil barriles diarios: apenas una gota en la demanda nacional de 21 millones de barriles diarios de combustible líquido. Las 195 plantas de etanol no llegarán ni siquiera a eso. ¡Y para ello se tragarán la mitad de la cosecha de maíz, catapultando su precio a la estratosfera! Más aún, si la producción entera de maíz de EU se convirtiera en etanol, satisfaría apenas el 15% de sus necesidades automovilísticas. Además, un pozo consume sólo la energía necesaria para sacar el petróleo a la superficie; una planta de etanol consume mucho más energía (EROEI) para operar. Pero ya ni entremos en este análisis, que agrava aún más la ineficiencia de esta tecnología absurda e indecente.

 

INDECENCIA
Por último, otro dato irrelevante para un cálculo puramente contable: la cantidad de grano necesaria para producir el etanol suficiente para llenar una sola vez un tanque de 95 litros sería suficiente para alimentar a una persona durante un año.

 

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