martes, 27 de febrero de 2007

Héroe de Mil Batallas

¿Qué es lo más fiel, sufrido, leal y amado por un hombre? Su nave. WOW. Eso es genial. Es como aquella simbiosis hombre-caballo: uno sin el otro no pueden vivir. Bueno, ya no es un caballo: son 120 en el Platina. Bueno, la historia gráfica muestra como mi bebé fue creciendo a mi lado: desde que llegó en la nodriza... ¡Qué día! Estuve ansioso esperando el arribo de la nodriza que viajó desde Aguascalientes con el poderoso platina a cuestas... verla llegar fue algo comparable a ver el arribo del ser humano a la luna. ¡Mi carro llegó! Su desmonte, y luego aplicarlo para su primer encendido. Esos gañanes solo le pusieron gas para llegar a la estación de servicio (que por cierto, está a unos 20 metros).

¡Oh, sí! Su salida a carretera abierta fue estupenda. Luego ponerle sus bocinitas, su radio y su antena para tener ruidito en la cabina. El olor a limpio mmmhhhhh ¡¡¡que recuerdos!!! El primer carro con 2 kms que compré nu-e-vo (es falso eso de que los venden con cero km: los ruedan quieran o no).

A los 3 meses, un camión de refrescos le partió la puerta ¡AAARRGGHHH! Y pos ni modo: a usar la moto de relevo pues, mientras cambiaban la puerta partida. Eso es mala suerte. A los cinco, una mala persona le pegó atrás con tremenda camionetota. Eso puede ser mala suerte otra vez ¿no? Y de vuelta al taller. A los siete... ¡¡¡le cayó un poste encima!!!! Chin... eso ya es el colmo. Recuerdo que cuando llegué a dónde había dejado estacionado el carro, nomás vi patrullas, policías, protección civil y a los malosos de TELMEX, y mi carro rodeado por una cinta de plástico... lo único que acerté a hacer fue reírme como idiota y señalar con el índice al auto...  JAJAJAJAJAJAJAJA

¿Que ha dado lata? Pues... sí. La dirección hidráulica falló, los soportes del motor tronaron, las bobinas (malditas bobinas), el freno de mano, el control de luces y las puertas que chillan horrible. Lo bueno fue que todo eso me salió gratis por lo de la garantía. Sus servicios siempre puntuales para que jalara al 100%. La última que me hizo fue romper la bomba del agua... y muerte cerebral al velocímetro...

Ya a punto de darle mate, reflexioné un poco... ¡Si este carro hablara, qué cosas contaría! Los paseos del fin de semana, las idas al trabajo, lo genial que es estar en carro propio... ¡La gira GDL '06! ¡Y la gira CYA-GTO '06! HUY ¡Cómo olvidar eso! La gira GDL '07, WOW ES-TU-PEN-DO

Algo que no olvido fue que por esos días, murió la abuela. Y pos no fuí convocado a los servicios, sino que debí pasar la estafeta a... alguien. Y pues total: apliqué esa lana para comprarme el carro. Luego me llegaron los reproches del por qué no había apoquinado para el sepelio. A fin de cuentas la abuela tenía seguro social y nietos... pues que ellos paguen eso ¿no? Yo feliz con mi nave. Lo que es real y verídico, es que JAMÁS me ha dejado botado. Bueno, solo una vez y eso porque se cruzó el anti-asalto con el sistema de arranque. Nada que unas pinzas, un alambrito y algo de cinta de aislar no puedan arreglar.

¡Ah! Lo de las bobinas en este invierno pasado. Quedarse en plena carretera con el inche frío fue genial. Al principio, con un alambrito. Después con la grúa. Nada de que preocuparse.

Mi primer carro en forma (después de la hermosa Carabela 100-mini) fue un Volkswagen 76 todo madreado de la carrocería. Frenos, motor y luces en perfecto estado. Lo de la carrocería fue para evitar dos cosas: que las chicas me hostigaran pidiendo paseos domingueros, y la segunda, para que no se lo robaran. Bueno, aparte de una leve fuga de aceite, solucionar eso de la bobina era tan simple como conseguir un rizador y dar el apriete "esapto". Ya con eso a andar más kilometros. Lo vendí y el nuevo propietario lo destrozó contra un enorme pirul. Supongo que ese pirul se atravezó de una forma descuidada. Espero que haya aprendido la lección.

El siguiente fue otro vocho color amarillo pollo, más simpático pero jodido de la caja de velocidades: tenía que sacar el fuete y darle en la puerta con el consabido arre-arre para que andara. Ese no lo vendí, lo dejé en la casa paterna. Se lo robaron y lo recuperaron en Villagrán, sin el radio y sin tapones de las ruedas, pero con un hermoso mensaje: "jodidos"... papá nunca le ponía gasolina JAJAJAJA. Acabó incendiado por descuido de... alguien.

El siguiente en la lista fue una Caribe WOW con motor de Golf (el 1800). ¡Que bruto! Cuando le quise poner la caja de 5 vlocidades me gané una reprimienda cañona. Fue bueno que no lo hice, porque me hice después de un Tsuru II. Esa caribe terminó convertida en chatarra.

El siguiente fue un Escort automático, que le dejé a la ex cuando me separé. Se lo acabó.

Ya de ahí pasé a una Yamaha Seca400, que por cierto, está en pintura desde hace 4 años... aún no la terminan, porque creo que la están pintando con algún tipo de pintura especial que se aplica con brocha de esmalte de uñas. Un trabajo altamente artesanal... Confío en que algún día de éstos me avisen que ya está.

Le siguió la poderosa Suzuki GS750... pesaba 290 kilos, y era picudo andar en ella. ¡Las mojadas, los viajes nocturnos! WOW si volviera a nacer, repetiría eso y más. La vendí porque fue cuando compré el Platina. Sería horrible que la GS se hechara a perder. Y típico: el nuevo dueño la partió en dos en un accidente.

¿Qué futuro le depararía al Platina si lo vendo? No lo sé, pero de que lo amo, lo amo.

¡Ah! Esas fotos del carro blanco que sale ahí, el Tsuru II hecho pedazos, pues... son cosas que pasan...

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