miércoles, 3 de mayo de 2006

Profecías

PLANETA DE CASTIGO
Acabo de ver un programa sobre un vidente argentino de la primera mitad del siglo pasado. Hablaron de un gran número de sus predicciones, algunas muy sorprendentes, por ejemplo de su opinión de que en el año 2002 había comenzado la "Era del Amor" (lo cual se demuestra sin lugar a dudas en las condiciones tan agradables en Afganistán, Irak, Irán, Chechenia y demás).

Pero no fue su presunta capacidad predictiva lo que más me llamó la atención, sino cierto comentario suyo. Resulta que el tipo fue un convencido de ovnis, el universo es uno solo para todos, hay una enormidad de especies inteligentes distribuidas en un número infinito de astros, etcétera. Y esa revelación suya me llenó de tranquilidad: ¡la tierra es un planeta de castigo! Una colonia penal sideral, una isla del Diablo galáctica (¿recuerdas Papillón, el Conde de Montecristo et al?). Sí, sí, con todo y las Siete Maravillas, la mariposa monarca, las pistas alpinas para esquiar, las películas de Woody Allen, etcétera, no es más que una cárcel cósmica de chisguete en una orilla perdida de la Vía Láctea. ¡Qué emoción!

Esto quiere decir, primero, que aquella expresión bíblica de que este mundo no es sino un "Valle de Lágrimas", no es una mera figura retórica sino una descripción precisa. Y segundo, que esta vida que conocemos, sufrimos y soportamos no es la única opción en el universo. Hay mundos mejores, de hecho mucho más gratos (ha de haber también otros menos gratos, me temo, pero basta con que te abstengas de ser diputado o rappero en esta vida para no ir a parar allá, supongo).

Deveras, ésta es una estupenda noticia: el paso mayormente desagradable por este mundo no es el único, ni el final, de nuestro peregrinar espiritual. ¡La Rueda de la Existencia, el Eterno Retorno, ideas tan aterradoras, no tienen que desarrollarse necesariamente en este teatrito guiñol, esta estación desventurada llamada Tierra! De modo que hagamos caso a lo que recomiendan las doctrinas budista, católica, brahamánica y anexas (que tan fatalistas nos parecen a veces): resignémonos y tengamos paciencia porque también esto pasará. En esta vida reencarnamos en esta miseria llamada “ser humano” como escarmiento a no sé qué travesuras que hicimos no sé dónde ni cuándo ni cómo.

Piénsalo un poco y verás que esta noticia es motivo de grande esperanza. Esto tránsito no es “la” vida, sino algo previo a LA VIDA, un castigo que se nos impuso para tener que soportar enfermedades, música gruppera, quincenas flacas, burócratas omnipresentes, telenovelas, impuestos y debates políticos. Pero no es condena eterna, sólo temporal. ¡Aleluya! (Descubro otra recompensa inesperada en este hallazgo metafísico: primera vez que un argentino me cae de veras bien.)

TRADUTTORE, TRADITORE
Un padrino de la mafia descubre que su contador le ha robado diez millones de dólares. El contador es sordomudo, así que El Padrino trae a uno de sus hombres que sabe el lenguaje de señas, y le ordena que interrogue al contador sobre el dinero.

El traductor le dice por señas al contador: “El Padrino pregunta que dónde tienes los diez millones que le desfalcaste”. El pobre tipo, sudando, responde también a señas: “Nooo... no sé de qué me está hablando”. El traductor le transmite el mensaje al Padrino, el cual saca una pistola y se la pone en la frente al contador.

Entonces le dice al traductor: “Dile que si no confiesa le voy a volar los sesos”. El traductor pone el mensaje en señas y el contador, claudicando, le contesta con señas: “El dinero está en un saco negro enterrado detrás
de la casa de mi primo Enzo, junto a los rosales”. “¿Qué dijo?”, pregunta el Padrino. El traductor se encoge de hombros: “Dice que usted no tiene los huevos suficientes como para jalar el gatillo”.

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