lunes, 30 de julio de 2018

Windows 10: Cambiar de IDE a AHCI sin reinstalar el sistema

En la HP Elitebook 2530P, tenía como disco duro operativo, una unidad mecánica HDD formato micro - sata 1.8. En las últimas ocasiones era tan lenta en el arranque, que me alcanzaba a preparar un café. Ya funcionando, el equipo era rápido. El arranque era muy frustrante y arruinaba la experiencia de uso.

Aclaro que el tema se basa en el sistema operativo Windows 10. Y damos por hecho que el BIOS del equipo debe tener la posibilidad de habilitar el modo AHCI. Si el BIOS no tiene esa posibilidad, es que no lo soporta (usualmente, se trataría de equipos anteriores al año de 2009, o equipos que no cuenten con tecnología Intel).

Investigando sobre el tema de los discos electrónicos SSD, encontré que pueden mejorar el uso y el rendimiento de los equipos, incluso algunos ''viejos''. Manos a la obra, me decanté por ponerle un SSD a la portátil.

Un disco micro - sata SSD, anda al rededor de los 3 mil pesos mexicanos. En mercadolibre hallé una solución asequible: Una unidad msata Micron de 128Gb, y un adaptador de msata a microsata. De ambos artilugios la inversión fue de más o menos 800 pesos. Y funcionó estupendo: Se enciende el equipo y ya desde luego se puede comenzar a trabajar en él. Nada que ver con los horrendos 10 minutos de calentamiento.

Las unidades SSD tienen su chiste para mantenimiento. En los mecánicos, se pueden utilizar herramientas como Hard Disk Centinel, HDD Repair, etc., para monitorizar su salud y estado de funcionamiento. En el caso de aquéllas unidades electrónicas, es requerido usar la herramienta propia del fabricante de la unidad, ya que incluso ayuda a las actualizaciones de firmware, cosa que no hacen las herramientas de terceros.

Micron ofrece su herramienta Micron Storage Executive (sección download storage executive) para monitorizar el rendimiento de la unidad SSD. Ya instalada la herramienta, se siguen las indicaciones para optimizar el funcionamiento. La propia utilería lo hace en automático, lo que excluye hacer toqueteos al sistema para mejorar el rendimiento (tales como anular el funcionamiento de svchost, indexador, modo hibernación, modo suspensión, optimización, etc., que tanto recomiendan los gurús de la Internet)

Un punto que resaltó la herramienta fue que el disco estaba en modo IDE, y debía cambiarse a AHCI para aprovechar al máximo el rendimiento. Viendo entonces en el administrador de dispositivos, en lo que refiere a los controladores de disco, había el modo IDE pero no el AHCI. Revisando las configuraciones del BIOS, tenía las opciones de IDE o de AHCI. Le dí en AHCI y el equipo ya no funcionó, teniendo entonces que volver a ponerlo en modo IDE para que funcionara.

Entonces, ¿como hacer que ese controlador AHCI sea instalado en el sistema, y pudiera funcionar? La primera opción es reinstalar el sistema operativo, habiendo habilitado previamente en el BIOS el arranque en AHCI, para que el programa de instalación instale en automático esos controladores.

Definitivamente no es viable, ya que hay que volver a instalar todo de nuevo. Y eso, asumiendo que efectivamente el sistema aplique ese controlador.

En respuestas Microsoft y en hardmicro.net ofrecen soluciones para activar el modo AHCI sin necesidad de volver a instalar el sistema operativo. Tan sólo hay que hacer unos ajustes al registro del sistema operativo Windows, reiniciar y listo.

Esta opción es más aceptable. Pero toquetear el archivo de registro tiene sus riesgos: Una clave mal modificada y adiós Nicanor, a volver a reinstalar el sistema. Muy riesgoso.

Una tercera opción, la hallé en enmimaquinafunciona.com, en la colaboración del usuario mikeeeee, la cual menciona estos pasos: (1) Clic derecho del ratón sobre el botón de inicio de Windows -localizable en la esquina inferior izquierda del escritorio-, clic en ejecutar, escribir msconfig; (2) Clic en la pestaña arranque (o inicio), marcar arranque a prueba de errores (o arranque seguro); (3) Reiniciar el equipo e inmediatamente acceder al BIOS, cambiar a AHCI, guardar los cambios, reiniciar el equipo de nueva cuenta que entonces funcionará en modo seguro; (4) Ya en modo seguro, volver a ejecutar msconfig, desmarcar arranque a prueba de errores; (5) Reiniciar el equipo en modo normal. Concluye señalando  No se metan con regedit sólo se necesita para arrancar en modo seguro para solucionar esto, muy simple.

[Otra forma de acceder a msconfig, es escribiendo ese término en el asistente Cortana, la cual indicará que es configuración del sistema - aplicación de escritorio. Clicas en esa opción y accedes a la consola de configuración para hacer los pasos 2, 3, 4 y 5 antes indicados.]

Me decanté por esta tercera opción. Y funcionó. Revisando el administrador de dispositivos, en controladoras ATA/ATAPI IDE ya apareció la controladora SATA AHCI estándar. Y ejecutando la herramienta de Micron, ya tenía a la unidad SSD configurada en AHCI.

Sinceramente no noté alguna mejoría extraordinaria en el funcionamiento del equipo. Para mis necesidades ya con el SSD arranca rápido y puedo trabajar a gusto, que es lo que me interesa.

Un punto a resaltar, es que la utilería Crystal Disk Info indicaba en el disco HDD, una temperatura de 40°; y del SSD marca 65°. La herramienta de Micron marca la misma temperatura, pero la considera como normal, ya que esa unidad msata es de grado industrial y su rango llega a los 70° sin problemas. Si hay un exceso de temperatura la unidad se autoprotege.

Lo anterior explica y justifica el por qué es mejor utilizar las herramientas de diagnóstico y de monitoreo que ofrezca la marca fabricante de la unidad SSD, ya que es más precisa y está diseñada para el mejor rendimiento del dispositivo.

martes, 17 de julio de 2018

Windows 10 : Error 0x80070035 No puedo acceder a un equipo de la red

Compartir archivos, dispositivos y recursos en una red casera o de negocios facilita el intercambio de materiales y de actividades. Por ejemplo, una sola impresora para varios usuarios, almacenar y reproducir contenidos en un servidor NAS (Network Attached Storage), acceder a archivos, etc.

El sistema operativo Windows utilizaba un protocolo de red de hace más de 30 años, que por su naturaleza, fue vulnerable a ataques informáticos. Es el protocolo SMB1. Este protocolo tiene muchas vulnerabilidades; a grado tal, que la misma Microsoft recomienda ya no usarla.

Si has estado instalando Windows 10 bajo el esquema de actualizaciones, lo más seguro es que ese protocolo siga activo. Si has instalado el sistema desde cero a partir de la versión 1709 (a partir de una instalación limpia), ese protocolo ya ha quedado inactivo.

La tendencia es que se usen los protocolos SMB2 y SMB3, ya que son más seguros. Incluso, en una red integrada solamente por equipos con sistemas Windows 10, y con dispositivos afines a esos protocolos, compartir archivos y recursos es muy fácil desde el entorno del explorador de archivos. Recomiendo leer los textos "compartir archivos en el explorador de archivos" ; y "cambios en el uso compartido de archivos a través de una red en Windows 10".

Un problema que se reporta en varios sitios, es que al emplear dispositivos fabricados antes de 2017 o tener una red con equipos con sistemas Windows Xp, Vista, 7, 8, 8.1 y 10, al explorar la red y tratar de acceder al recurso, aparece en el entorno Windows 10 el error 0x80070035, el cual impide conectarse al recurso de red y, aunque se aplique el solucionador de problemas, el incordio persiste.

De igual forma, en varios sitios "recomiendan" muchos pasos, incluso desactivar antivirus y firewall, sin tomar en cuenta el tema del protocolo SMB1, ya que éste quedó desactivado desde Windows 10 versión 1709 y posterior, habiendo aplicado instalación limpia. Con el protocolo SMB1 desactivado, simplemente el acceso a recursos compartidos es inaccesible.

En esta época de transición tecnológica, aún es posible acceder a los recursos de red activando el protocolo SMB1. Aunque hay que advertir, que el entorno de red queda vulnerable al utilizar un protocolo obsoleto. De ahí que es importante tener cuidado con lo que se descarga de la Internet, así como tener el sistema operativo y el antivirus actualizados.

Para que opere al 100% el protocolo SMB2 y el SMB3, es indispensable que los equipos y dispositivos sean compatibles: Computadoras, impresoras de red, servidores NAS, etc. Recuérdese que los fabricados antes de 2017, no admiten esos protocolos, salvo que el fabricante publique los firmware que los haga compatibles (que es poco probable, ya que es más rentable vender equipos nuevos que parchar equipos viejos)

Esto también aplica a los ruteadores WiFi que, incluso, los nuevos ya operan bajo el protocolo WPA3 que promete una mayor seguridad en cuanto autenticación y cifrado.

miércoles, 11 de julio de 2018

El hundimiento de submarino i-52 de la Armada Imperial Japonesa

Andando de curioso, me encontré un sitio en que se tienen grabaciones de audio de operaciones navales de la segunda guerra mundial. Una de ellas referenciaba el hundimiento de un submarino japonés. Fue un audio que me dejó atónito por la crudeza de lo documentado.

¿Y a qué se dedicaba ese submarino?

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El sitio http://nauticos.com/ocean-discovery/i-52-htm/ explica la historia del portento naval. Aclaro que es una traducción libre ya que el sitio original está en inglés.

En abril de 1944, el imperio del Eje fue rodeado. Enfrentados a un endurecimiento del bloqueo naval y aéreo, y con una necesidad desesperada de materiales de guerra, los nazis buscaron todos los medios para intercambiar suministros e información con sus socios japoneses. Los japoneses, a su vez, necesitaban tecnología e instrumentos fabricados en Alemania por los cuales estaban dispuestos a pagar caro. Estos productos se comercializaban a través de los únicos medios que quedaban: con enormes submarinos de transporte de carga especialmente construidos.

En este contexto, el submarino I-52 japonés comenzó su viaje inaugural, destinado a terminar en el fondo del Atlántico. El I-52 salió de Singapur con un cargamento de estaño, medicinas y caucho, junto con otro secreto de oro, con destino a una gran base de submarinos en la costa occidental de Francia.

La nave, que pesaba 2.500 toneladas, estaba tripulada por más de cien personas, incluyendo un equipo de ingenieros y técnicos. Recibiendo mensajes codificados de la sede alemana, el submarino pretendía reunirse en el medio del océano Atlántico con el U-530, un submarino alemán. Desconocido por el Eje, los Aliados habían descifrado los mensajes enigmáticos en alemán y japonés. Esperando atrapar ambos submarinos a la vez, una fuerza de tarea de portaaviones, liderada por el USS Bogue, fue enviado a la escena.

El 23 de junio por la noche y con mal tiempo, se enviaron aviones torpederos Avenger para explorar el área [era así, porque cada noche, cuando el submarino japonés salía a la superficie para recargar sus baterías, sus mensajes codificados, que incluían su ubicación, estaban siendo monitoreados].

Cada avión Avenger estaba cargado con bombas de profundidad, sonoboyas y un torpedo acústico de alto secreto. [Cada artilugio tiene una explicación: Las cargas de profundidad son arrojadas al mar y dependiendo su configuración, estallan a ciertos metros de hondo. Las sonoboyas son unos artilugios que son boyas y sonar a la vez. Pueden captar ondas y sonidos y se enlazan inalámbricamente para recibir sus datos. El torpedo acústico es un ingenio eléctrico con carga explosiva que se guía bajo el mar a través del sonido de las hélices del objetivo]

Después de largas horas de búsqueda, el piloto del Avenger, teniente comandante Jesse Taylor finalmente vio al I-52. Sobre la superficie, la tripulación se apresuraba a preparar el submarino para su inmersión después del intercambio de suministros recién terminado con el U-530. Cuando el sonido del avión de Taylor llegó al puente del I-52, ya era demasiado tarde. Los eventos que siguieron... los ruidos de las hélices recogidos por las sonoboyas, el torpedo que explotó y los agonizantes sonidos de una nave quebrándose... fueron grabados para la historia en un dispositivo de grabación inalámbrico. Más tarde, al día siguiente, los buques de la fuerza de tarea llegaron al lugar y encontraron toneladas de caucho flotante y otros restos.

Muchos de los registros de la Segunda Guerra Mundial se guardan en los Archivos Nacionales en Washington DC. El historiador Paul Tidwell encontró el registro real del portaaviones Bogue que describe la acción de los eventos que rodean el ataque al I-52 los días 23 y 24 de junio de 1944. También fue encontrado el informe del comandante Taylor acerca de cómo localizó y hundió al I-52, también están los registros de otras naves en la fuerza de tarea, e incluso el diario de guerra del U-530. Las páginas contenían la ubicación del naufragio del submarino japonés I-52 de la Segunda Guerra Mundial.

Los patrones de ataque seguidos por el teniente comandante. Jesse Taylor y el teniente (jg) William Gordon al hundir al I-52, refieren que aproximadamente a las 11:40 del 23 de junio, Jesse Taylor vio el I-52 en el radar de su avión Avenger. Permitiendo velocidad y altitud, Jesse Taylor dirigió su avión sobre el objetivo y comenzó el ataque. El primer pase produjo dos casi accidentes con bombas de profundidad. Taylor podía mirar por encima del hombro y ver las explosiones justo al lado de estribor del submarino.

Luego de un pase fallido, cambió a torpedos y regresó para otro ataque. Esta vez dejó caer un torpedo acústico que se centraba en los sonidos de los ruidos de cavitación de la hélice. Al escuchar las grabaciones, la tripulación describió el ruido resultante como "crujidos y crujidos", similar a "los sonidos de una lata aplastada". Cavitación se entendería como la turbulencia, algo como esta imagen muestra:

[El fenómeno generalmente va acompañado de ruido y vibraciones, dando la impresión de que se tratara de grava que golpea en diferentes partes de una máquina]

Cuando terminó la guardia del comandante Taylor, el teniente (jg) William D. Gordon voló a la escena del ataque de Taylor para continuar la vigilia. A Gordon se le dio la orden de "arrojar una mina Mark 24 si las indicaciones de sonoboyas revelaban la presencia de un submarino en el área". Los registros y todas las comunicaciones hacen referencia a una mina Mark 24. Este era un nombre en clave para el torpedo acústico ultrasecreto que se estaba utilizando en la guerra por primera vez.

Gordon tenía al experto civil en sonido submarino, el Sr. Price Fish, en el avión con él. Gordon llegó a la escena justo después de la medianoche y voló en círculos con Taylor durante un tiempo. Aproximadamente a la 1:00 a.m., el Sr. Fish informó haber escuchado un leve ruido de hélice en el área. Gordon consultó con Taylor acerca de la posición exacta de una sonoboya, y luego lanzó un torpedo acústico donde creía que estaba el submarino. Taylor partió del área a la 1:15, pero Gordon se quedó para dar la vuelta al área y escuchar cualquier señal de actividad. 

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Esta es una ilustración de las travesías de las naves, y el lugar del suceso.


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La primera parte de esta historia, nos dice pues, que el submarino i-52 era carguero; y que llevaba mucho oro. Era rescatable. Y aquí es donde entra el tema de la grabación del ataque al portento. El sitio https://maritime.org/sound/i52pr/index.htm nos explica:

La búsqueda de un tesoro de oro hundido por parte de un buzo de salvamento permitió revalorar una pieza de la historia naval estadounidense en la División del Centro Naval de Guerra Submarina, Newport.

En junio de 1944, un enorme submarino de transporte japonés, el I-52, se dirigía desde sus islas de origen a la Francia ocupada por Alemania con un cargamento de 290 toneladas métricas de materiales estratégicos. Los japoneses iban a cambiar esta carga, que incluía estaño, tungsteno, caucho y dos toneladas métricas de oro, por tecnología alemana.

El submarino japonés se reunió con un submarino alemán de apoyo en el Atlántico medio para tomar combustible y técnicos que, irónicamente, iban a instalar un radar antiaéreo en el buque japonés para la vela peligrosa al Golfo de Vizcaya. Desconocido para los japoneses, los aliados habían descifrado su código.   

El portaaviones escolta USS Bogue, en ruta hacia los EE. UU., desde Europa, recibió nuevas órdenes para encontrar y destruir el submarino japonés. Después de llegar a la zona de la reunión, los vuelos de los bombarderos torpederos Avenger despegaron desde el Bogue, mirando y escuchando.

En la noche del 23 de junio de 1944, un Avenger recibió un "blip" en su radar y dejó caer bengalas junto con sonoboyas, detectando al submarino japonés de 357 pies, siendo atacado. El primer avión dejó caer cargas de profundidad y luego un Mark 24, que era el nombre en clave para el entonces torpedo acústico top secret que se estaba utilizando por primera vez en la guerra.

El torpedo acústico dañó al submarino, y en el punto donde se le ubicó por última vez, fue marcado con una luz flotante. Otro Avenger, pilotado por el teniente William Gordon, llegó a la escena, sus sonoboyas seguían recogiendo los sonidos de los ruidos de la hélice cavitada del submarino dañado. Se lanzó otro torpedo acústico de retorno; encontrando y paralizando críticamente el submarino japonés mientras intentaba escapar.

Cincuenta años más tarde, un investigador marítimo de Texas llamado Paul Tidwell, se enteró del I-52 mientras revisaba los documentos recién desclasificados, y decidió tratar de salvar los aproximadamente $25 millones en oro.

En su investigación, Tidwell encontró referencias a registros de grabaciones que se habían realizado en el antiguo Naval Sound Laboratory en New London, CT. Los registros, que luego se convirtieron en cintas, fueron compilaciones de sonidos subacuáticos utilizados para capacitar a los operadores de sonar de la Armada.

En una de las grabaciones, el narrador señala: "Aquí hay dos grabaciones más del combate real en el mar, registradas por un magnetófono aéreo conectado a un receptor de sonoboyas y un sistema de intercomunicación". En la grabación, se oye a Gordon hablar con su tripulación, al instante en que se capta el sonido de un torpedo explotando y torciendo el metal.

Paul Tidwell contactó con el Centro Histórico Naval en Washington DC, para ver si podían ayudar a localizar cualquier información adicional sobre las grabaciones originales de Gordon. El Centro Histórico a su vez llamó a la División del Centro Naval de Guerra Submarina en Newport, el sucesor del Naval Sound Laboratory. 

Al igual que muchas instalaciones militares, la División ha experimentado cambios en los últimos años. Algunas "cosas viejas" no sobrevivieron al cierre del Naval Sound Laboratory, y a la consolidación de su personal, registros, etc. en Newport. Poca esperanza se sostuvo para un carrete de alambre insignificante de 50 años. 

Sin embargo, Mary Barravecchia, directora de la Biblioteca Técnica de la División, tomó la iniciativa para rastrear la grabación. Originalmente empleado en New London, Barravecchia sabía quiénes eran los "guardianes", y de los rincones y grietas donde podría esconderse un pequeño carrete de alambre.

Para asombro de todos, se encontraron dos latas identificadas simplemente como "Gordon wire No. 1" y "Gordon wire No. 2", marcadas el 24 de junio de 1944. 

Carretes de cable de grabación magnética marcados Gordon Wire # 1 y # 2

Una vez que se encontraron los carretes de alambre, comenzó la búsqueda de un reproductor en funcionamiento. El único lugar en el que se encontró un equipo capaz de reproducir las grabaciones fue en el Archivo Nacional de Washington. Los carretes originales de alambre delgado como el cabello en el que se registraron los últimos momentos del submarino japonés I-52, han sido transferidos a los Archivos Nacionales para la retención permanente.

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Otro misterio, es saber qué onda con esos alambres. Sí, es cierto: en alambres tan finos como un cabello, era posible grabar audios. El artilugio utilizado era un magnetófono de alambre , parecido al de la imagen.


Ahora ya queda más claro en qué fue con que grabaron los hechos en alambre magnético.

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Al inicio señalé que todo este asunto del submarino japonés lo hallé en un sitio en que se tienen grabaciones de audio de operaciones navales de la segunda guerra mundial. En este caso en particular, se trata de dos audios obtenidos de sonoboyas captados por aeronaves estadounidenses que buscaban al i52 recién atacado - Se usó un magnetófono de alambre - En el minuto 26:39 del archivo Attack on I-52 second wire, se oye la explosión del torpedo.

Recuérdese que el audio de ambos wire fueron obtenidos de sonoboyas. Incluso en algunos momentos se escucha la mar y las hélices del avión.

Puedes escuchar los audios en esta página: https://maritime.org/sound/index.htm#i52wire

Ahí está el audio del ataque al submarino I-52 de la Armada Imperial Japonesa. Son dos cables que registra el segundo avión enviado por el USS Bogue. Tenga en cuenta que el I-52 ya había sido torpedeado por un primer avión. El ruido de la hélice que se escucha proviene de un submarino alemán en el área. Sin embargo, la tripulación del avión no sabía esto. Es interesante escuchar el ritmo real de la tripulación de 3 hombres trabajando para encontrar el objetivo.

En esa misma página, hay otros dos archivos relacionados al tema del i-52, se trata de grabaciones de entrenamiento, en los cuales se mezclaron los sonidos de estos wire con los del ataque del primer avión para lograr un efecto dramático.

Estos dos cables sobrevivieron en la colección de la División de Newport de NUWC y luego se transfirieron a los Archivos Nacionales de los EE. UU., en College Park, MD. La información de referencia de NARA es RG-38, 273, 1 y RG-38, 273, 2.